sábado, 7 de febrero de 2015



¿quien fue Lucio Cabañas Barrientos?

Lucio Cabañas Barrientos, de origen campesino,  hijo de Rafaela Barrientos y Cesáreo Cabañas Iturio, además miembro de una numerosa familia (entre primos, hermanos) vecinos del pueblo El Ticuí, paso su niñez en el campo y ya grandecito cortaba café.  hay diferentes fechas sobre el  nacimiento de Lucio Cabañas una es el  12 de diciembre de 1938, 15 de diciembre de 1938 y otra 15 de diciembre de 1936, en El Porvenir, municipio de Atoyac de Álvarez. Cursó su educación básica en la localidad de El Cayaco. Posteriormente en febrero de 1956, ingresó a la Normal de Ayotzinapa. en la cual es líder estudiantil y Secretario General de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México en 1962. Obtiene el título de maestro rural e inicia su labor docente en Mezcaltepec, municipio de Atoyac, Guerrero. Ahí encabeza la protesta de los ejidatarios contra Silvicultora Industrial S. de R.L, que tala inmoderadamente los bosques sin dejar ningún beneficio a la comunidad; los madereros presionan al gobierno estatal y Cabañas es transferido a la escuela Modesto Alarcón de Atoyac, pero no se retira de la lucha agraria y funda la Delegación de la Central Campesina Independiente en esa región.

¿Influencia o decisión propia el tener un espíritu revolucionario?

al crecer en el  seno de un hogar campesino, con algunas carencias, Lucio decide ser maestro para poder ayudar a su familia. 
Lucio Cabañas era nieto del general Pablo Cabañas, otro guerrillero que se levantó en armas después de la muerte de Zapata y combatió por los ideales agraristas en la Costa Grande de Guerrero, 
su tío Pablo, había participado en la guerrilla de los hermanos Vidales en la década de 1920.

Lucio cabañas el maestro bueno para los pobres o el revolucionario despiadado para los ricos.
 Lucio se unió al descontento de los ejidatarios contra las compañías madereras que habían incumplido con los contratos firmados con los campesinos. Para evitar que las compañías siguieran talando, bloquearon con troncos de árboles el paso hacia Mezcaltepec y lograron expulsar a los madereros de esa zona.

Las empresas madereras lo denunciaron ante la Secretaría de Educación Pública en Chilpancingo; fue entonces que los mandos educativos ordenaron su remoción a la escuela Modesto Alarcón, ubicada en la cabecera Atoyac.
En poco tiempo organizó a los padres de familia para que le pusieran un alto a las exageradas exigencias de la directora, que entre otras cosas, pedía uniformes a los niños cuyas familias no tenían ni para comer, además de exigir cooperaciones e imponer castigos.Lucio organizó a los campesinos y a un grupo de mujeres para mejorar sus condiciones de vida. De esta manera se fue ganando el aprecio de los campesinos y de otros sectores pobres y la animadversión de los grupos políticos en el poder.


“Mándemelo con huarachitos, 
aunque venga con su ropita remendada, 
no importa, pero sí que venga bien desayunado”,
 decía Lucio a los papás.



















por otro lado el secuestro de Rubén Figueroa.       




  Un tema polémico dentro del movimiento fue el secuestro de Rubén Figueroa,
 senador por parte del PRI y que en su afán de acabar de cualquier manera con la guerrilla, terminó siendo uno de los más sanguinarios de todos los gobernadores del estado de Guerrero.
Figueroa insistió para que Cabañas aceptara una entrevista, de suerte que pudiera persuadirlo de que desistiera de la guerrilla.  En tal propuesta, Figueroa ofrecía al normalista dinero y un espacio político para que actuara de manera legal a través del Partido de los Pobres. Sin embargo, Lucio  le dijo que no aceptaría tales propuestas.
Figueroa se había dirigido a la sierra para mantener aquella entrevista. Cabañas ordenó su secuestro con la intención de mantenerlo cautivo hasta ver cumplidas las exigencias de la guerrilla. Los guerrilleros pedían dinero, así como el cumplimiento de peticiones como más escuelas, carreteras para sus pueblos la liberación de los presos políticos y la transmisión a nivel nacional de una cinta con discursos y canciones revolucionarias.
Casi tres meses después de que Figueroa se internó en la sierra, el ejército salió a su rescate y éste regresó a tomar posesión de la gubernatura, convirtiéndose en el peor enemigo de los grupos armados sobrevivientes.

















¿No hay condiciones para hacer la revolución? Qué me importa que no haya condiciones… cuando matan al pueblo, hay que matar enemigos del pueblo y de ahí parte la revolución, de ahí parte toda revolución.












¿como empieza todo? 

Masacre en Atoyac de Álvarez; a partir de esta fecha y durante los próximos siete años, Lucio Cabañas se mantendrá en rebelión
18 de Mayo de 1967
Este día, la Sociedad de Padres de Familia de la escuela primaria “Juan N. Álvarez realiza un mitin en el que se pide la destitución de la directora de la escuela. Poco antes de las diez de la mañana, una comisión le solicita a Lucio Cabañas que funja como orador, porque el que iba a serlo no se presentaría. Lucio acepta, pero pide que lo esperen hasta las diez y media, para aprovechar el tiempo del ``recreo'' en su escuela, la “Modesto Alarcón”, cercana a la otra. Cuando Cabañas participa en el mitin, la policía judicial del estado de Guerrero trata de impedirlo. Los agentes se abren paso entre la concentración de manifestantes para detener o eliminar a Lucio, hay forcejeos y disparos hacia la multitud. El resultado es de de 11 muertos. Como se intenta culparlo de los acontecimientos, Cabañas se ve forzado a refugiarse en la sierra para defenderse de la persecución que busca eliminarlo.
A partir de esta fecha y durante los próximos siete años, Lucio se mantendrá en rebelión, luchará por la transformación de las condiciones de vida, opresión y miseria de los campesinos mediante la organización de los pueblos de la sierra del estado de Guerrero.
El 30 de mayo de 1974, secuestrará a Rubén Figueroa Figueroa, candidato a gobernador de Guerrero por el Partido Revolucionario Institucional PRI. Durante varios meses, el ejército mexicano dirigido por el comandante Eliseo Jiménez Ruiz desatará, sin éxito, una intensa campaña militar en busca del guerrillero y el 8 de septiembre, Figueroa será liberado en un sangriento encuentro cuyo saldo será de 23 rebeldes muertos y un soldado herido. Y el 2 de diciembre siguiente, en un enfrentamiento con las fuerzas federales, Cabañas resultará muerto.
Para Carlos Montemayor (Guerra en el Paraíso) esta masacre marcó el inicio de una guerrilla que nació como una forma de autodefensa; el gobierno, queriendo evitar una manifestación popular, lo que consiguió fue producir una guerrilla que hoy, sin la voluntad política de transformar económica, educativa y socialmente a la sierra de Guerrero, aun perdura, avivada por otra masacre de 17 campesinos en el vado de Aguas Blancas en 1995, siendo gobernador el hijo de aquel gobernador Figueroa que Lucio secuestró veinte años atrás.

Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.

Desgraciados los pueblos dónde la juventud no haga temblar al mundo.



Ayotzinapa: del rifle de Lucio Cabañas a los 43 desaparecidos.


La Normal es un lugar en el que los jóvenes realmente creen que sus movilizaciones pueden ser la semilla para una nueva insurrección, pacífica o armada, contra "el opresor sistema capitalista".
Los rostros de Che Guevara, Engels y Lenin vigilan el sitio.

Iguala
En cuanto uno franquea el portón negro que da la bienvenida a la normal de Ayotzinapa, adornado con un par de tortugas verdes (“lugar de tortugas”, dicen los pobladores que significa Ayotzinapa), y vigilado por una media docena de estudiantes que no dejan entrar a nadie que los dirigentes normalistas no avalen, se desciende por unas escaleras de piedra hasta una cancha deportiva con techo de lámina a cuyo costado, en un muro, fueron pintados unos rostros que no dejan lugar a dudas del pensamiento social que predomina en el lugar: las caras, dibujadas con pintura negra, del Che Guevara, Marx, Engels y Lenin, vigilan el sitio. Al lado, reinan la hoz y el martillo de las luchas proletarias y campesinas del siglo pasado.
Aquí, en la normal rural Raúl Isidro Burgos, manda la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México. Mandan e inspiran los fantasmas de los líderes magisteriales y luego dirigentes guerrilleros de los años 60 Lucio Cabañas, Genaro Vázquez y Othón Salazar. Ellos son los héroes del lugar. La motivación de alrededor de 500 estudiantes del lugar, hijos de campesinos pobres de Guerrero, Oaxaca y Morelos y otros estados que reciben una dieta de $40 pesos diarios.
Aquí, a esos jóvenes de miradas chispeantes, les ilustran las mentes con frases de lucha tatuadas en las paredes, las cuales recitan cosas así:
“Si avanzo, sígueme. Si no avanzo, empújame. Si te traicionó, mátame. Si me matan, véngame”.
“Ayotzinapa, cuna de la conciencia social”.
“Nos podrán faltar recursos, pero nunca nos faltará la razón”.
Una y otra vez los rostros de Emiliano Zapata y Che Guevara adornan los pasillos de la escuela, junto a señores águila y tigre, antiguos mexicanos que cayeron ante los conquistadores españoles. Y es que Ayotzinapa, además de ser una escuela para preparar maestros de primaria y de educación física, es un lugar en el que los jóvenes realmente creen que sus movilizaciones pueden ser la semilla para una nueva insurrección, pacífica o eventualmente armada, contra “el opresor sistema capitalista”. Por estos días los jóvenes, mientras escuchan canciones de lucha social de fines del siglo XX, comentan, en tanto hacen sus guardias y observan a sus guapas compañeras barrer los andadores, esos comunicados del ERPI y el EPR que les abren la esperanza de ser como Lucio, como Genaro, como el Che: el primero de los grupos guerrilleros llamó a crear una brigada de ajusticiamiento contra los Guerreros Unidos, el cártel que opera en Iguala. Y el EPR ha dicho que los ataques contra sus compañeros se tratan de “un crimen de Estado planificado por el mando único policiaco-militar, el cual coordina la agresión permanente contra el pueblo”.
Una regresión a los 70 en octubre del 2014. Pero desde hace 20 días, más que citar discursos de adoctrinamiento para ejercitar espiritualmente la lucha de clases, los jóvenes andan en otra cosa: tienen reuniones para planear tomar casetas, alcaldías, edificios de gobierno y por ello las clases magisteriales y los trabajos campesinos en las huertas de la escuela fueron suspendidos. Todo se explica al ver esos cuartos vacíos del internado, esos rincones en algunos de las habitaciones donde las pertenencias de los 43 desaparecidos quedaron ahí, regadas en el piso, porque es en el piso es donde duermen los alumnos de primer grado. Esos espacios silenciosos han detonado la furia de los jóvenes que, como si ejercitaran una estrategia guerrillera sin armas, hace unos días fueron al Palacio de Gobierno, lo hicieron suyo, y uno de sus edificios, el de Tierra Caliente, lo quemaron. Manual de guerrilla: llegar, atacar, apoderarse y retirarse. Pegar en la sede del Poder Ejecutivo y retirarse.
“Depende del Estado, de los gobiernos de Guerrero y federal, de que resuelvan el caso, de que aparezcan nuestros compañeros y de que se castigue a los culpables, hasta dónde vamos a llegar nosotros”, dice uno de los dirigentes, que como todos tiene su apodo (el cual pidió omitir), y que este día está encargado del teléfono celular para recibir las llamadas de la prensa y las solicitudes de entrada en el portón negro de las tortugas.
La furia es su mecha. Y el dolor. El dolor de esos hombres y mujeres de ropas humildes que nada más ves y esperan. Los padres de los jóvenes que aguardan, cada hora, cada día, noticias que les den una pista de dónde demonios están sus hijos. Furia y dolor. Y miedo, porque los sobrevivientes, quedaron tocados por el horror. Cuenta el campesino de sombrero y piel curtida, de cabellos encanecidos:
“Soy Dionisio, papá de Jerónimo. Él tiene 18 años. No, no desapareció. Huyó. Él desapareció con lo de Iguala y luego apareció. El domingo. Él iba en el segundo camión, porque eran tres camiones. Mientras atendieron al primero que le estaban tirando, dice que el chofer que los llevaba en el segundo camión se pasó, Y les dijo que corriendo, que se bajaran. Se bajaron y dice que los columbraron y que les empezaron a tirar. En una casa los llamaron que se metieran. Y ahí escaparon. No sabemos en qué casa fue. Se quedó ahí desde el viernes en la noche y el domingo aparecieron. Los trajeron de allá en un autobús resguardados con la policía. Apenas es el primer año que entró aquí. ¿Cómo está? Lo curamos de espanto. De noche averigua dormido…”.
El espanto de Jerónimo, el joven de Ayotzinapa, de esta escuela normal a la que, como todos sus compañeros, solo pudo ingresar luego de terminar preparatoria y un promedio mínimo de 8 de calificación. Ayotzinapa, este sitio que tiene una larga historia de 88 años…
***
La escuela, se lee en su sitio web, empezó a funcionar en los diferentes barrios de Tixtla en 1926, porque no tenía un local propio. Las clases se impartían los fines de semana. El 30 de marzo de 1933, Raúl Isidro Burgos, como director, la inauguró. En aquella época empezó a funcionar con secundaria y normal a la vez y como internado mixto.
Doña Estela Cervantes Basilio, cronista de Tixtla, dedicó 33 años de su vida a la normal de Ayotzinapa, según dijo en una entrevista al reportero Jesús Pintor de La Jornada de Guerrero. Fue —contaba— forjadora del desarrollo intelectual de sus “angelitos”, como llamaba a sus estudiantes, gente como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez. Los que luego tomarían el fusil para organizar guerrillas. La primera piedra del sitio se puso el 1 de mayo de 1926. La primera piedra de José Vasconcelos:
“De allí deviene toda la historia. La normal surge gracias al impulso que da José Vasconcelos con las misiones culturales de la época”, decía la autora de un libro sobre la normal. “La normal puede ser una gran amiga del gobierno, pero también una gran enemiga, que lo sepan todos”, enfatizaba.
Como parte de un plan de masificación educativa implementado por el Estado, a partir de la década de los 20 las normales rurales estaban basadas en la idea de llevar la educación al pueblo, idea que con Vasconcelos se materializó en las llamadas “misiones culturales”. Durante el periodo de Cárdenas, las normales rurales incorporaron la idea de la educación socialista.
Y luego, por aquellas actividades de sus egresados, Cabañas, Vázquez y Salazar, Ayotzinapa fue considerada semillero de guerrilleros. Hasta ahora, que le asesinaron a tres de los suyos y le desaparecieron a otros 43. Hasta ahora, que con esto, sus jóvenes del siglo XXI, por la furia, por la rabia, por el dolor, escarcean de nuevo… con la tentación guerrillera.


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